De unos años a esta parte nos hemos ido acostumbrando a ver en diferentes sitios públicos unos pequeños aparatos de fácil manejo cuyo uso puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de parada cardio-respiratoria: se trata de los desfibriladores semiautomáticos o automáticos (en adelante D.E.A.s).
Estos aparatos suponen el mayor avance en muchos años en la actuación ante situaciones de parada cardio-respiratoria. Podríamos decir sin exagerar que los D.E.A.s son el mayor avance desde que empezamos a combinar compresiones torácicas e insuflaciones.
El uso de los D.E.A.s no ha dejado de crecer en nuestra Comunidad Autónoma desde que se reguló su uso por personal no sanitario (DECRETO 16/2005, de 25 de enero, y más recientemente DECRETO 8/2007, de 23 de enero, sobre el uso de desfibriladores
externos automáticos por personal no sanitario). Desde el principio Cruz Roja en Gipuzkoa apostó por una divulgación lo más amplía posible de la formación en uso de D.E.A.s. (si la primera regulación se publica en febrero de 2005, ya estábamos acreditados en mayo de ese mismo año para impartir esa formación, con manuales propios y un relativamente amplío número de docentes).
Pasados 5 años podemos evaluar la situación de la formación en uso D.E.A.s por parte de Cruz Roja en Gipuzkoa con orgullo. Hemos formado a más de 2.000 personas distintas desde el año 2005, formando a más de 400 personas al año. Pero además, cada año pasan más personas por nuestros cursos. El año pasado más de 700 personas recibieron formación en reanimación cardiopulmonar y manejo de D.E.A. (uno de cada mil gipuzkoanos).
Al margen de la satisfacción que podamos experimentar al pensar en los datos cuantitativos sobre número de alumnos y alumnas, nos gustaría pensar que gracias a esa formación hay personas que han podido sobrevivir a una parada cardio-respiratoria. Más aún, nos gustaría pensar que hay más personas que ante una situación tan estresante como una parada cardio-respiratoria saben cómo reaccionar.
Por ello mismo es momento de agradecer a la población gipuzkoana el interés demostrado por formarse en unas habilidades sencillas, pero que salvan vidas. Esperemos que lo de poner D.E.A.s en lugares públicos no sea una moda pasajera, y que nuestra sociedad apueste por estar cada vez más cardioprotegida.
Salvar una vida bien merece dedicar unas pocas horas a "aprender". Para los que ya lo habéis hecho "gracias", para el resto que sepáis que Cruz Roja en Gipuzkoa os ofrece la posibilidad de formaros (para más información
joanil@cruzroja.es).